¿Qué se entiende por trabajo infantil?
Existen
diferencias considerables entre las numerosas formas de trabajo realizadas por
niños. Algunas son difíciles y exigentes, otras, más peligrosas e incluso
reprobables desde el punto de vista ético. En el marco de su trabajo, los niños
realizan una gama muy amplia de tareas y actividades.
No todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar. Por lo general, la participación de los niños o los adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal ni interfieren con su escolarización se considera positiva. Entre otras actividades, cabe citar la ayuda que prestan a sus padres en el hogar, la colaboración en un negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario escolar o durante las vacaciones para ganar dinero de bolsillo. Este tipo de actividades son provechosas para el desarrollo de los pequeños y el bienestar de la familia; les proporcionan calificaciones y experiencia, y les ayuda a prepararse para ser miembros productivos de la sociedad en la edad adulta.
El término “trabajo infantil” suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.
Así pues, se alude al trabajo que:
- es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño; e
- interfiere con su escolarización puesto que:
- les priva de la posibilidad de asistir a clases;
- les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o
- les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo.
Las peores formas de trabajo infantil
Aunque el trabajo infantil adopta muchas formas diferentes, una prioridad es la eliminación inmediata de sus peores formas de trabajo infantil según la definición del Artículo 3 del Convenio núm. 182 de la OIT:a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados;
b) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas;
c) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y
d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños.
El trabajo que pone en peligro el desarrollo, físico, mental o moral del niño, sea par su naturaleza o por las condiciones en las que se efectúa, es denominado “trabajo peligroso”.
Trabajo infantil, distribución por sector de actividad económica (5-17 años)
El sector de la agricultura comprende actividades de la agricultura, la caza, la silvicultura y la pesca.
El sector industrial comprende la minería y extracción de piedras, la manufactura, la construcción y los servicios públicos (electricidad, gas y agua).
El sector de los servicios incluye la venta al por mayor y al por menor; los restaurantes y hoteles; el transporte, el almacenamiento y las comunicaciones; las finanzas, los seguros, los bienes raíces y servicios comerciales, y los servicios comunales, sociales y personales.
Prevención de la explotación infantil
Debemos formar el alma de la niñez son derechos del niño los que descansan sobre la libertad dentro de la solidaridad humana, y en consecuencia las escuelas serán verdaderas comunidades donde se respeten y ayuden a la voluntad colectiva antes que a la individual que es la que impulsa la explotación infantil. Que se impulse a la alfabetización de los niños trabajadores"
La voluntad política de los estados es otra forma de combatir este mal global, es decir, demandar a todo adulto que esté cometiendo este delito. Así se podrá evitar la explotación infantil.
Ante todo los países industrializados deben comprometerse en ayudar al desarrollo de los países pobres y en vías de desarrollo para que los niños no sean obligados a trabajar.
Normativa internacional
Aunque para muchas personas parece claro que los niños y
niñas no deben trabajar sino ir a la escuela, esto no refleja la realidad de la
protección social que se da al niño en el mundo. Los sistemas judiciales de
muchos países de la Tierra son en general bastante indiferentes ante este drama
y los porcentajes de niños y niñas trabajadores parecen aumentar más que
disminuir. La Organización Internacional del
Trabajo fijó en su Convenio 138 que sólo los niños y niñas mayores
de 12 años pueden trabajar pero solo en actividades que no "entorpezcan
su formación". En algunos países el niño y la niña entre 12 y 18 años
deben tener un permiso firmado de sus padres. Muchos países contemplan castigos
judiciales a empresas que contratan niños y niñas, pero si bien estas son
fáciles de controlar, las formas más degradantes de la explotación infantil
están en manos del crimen organizado y actividades ilícitas.
Por qué no deben trabajar los niños:
Las razones
por las cuales se debe evitar condiciones de explotación laboral en niños y
niñas son las siguientes:
- Si el trabajo no permite al menor ser un niño o una niña, por ejemplo, no le da espacio para la actividad lúdica (el juego), tiempo normal para los niños del mundo.
- Si el trabajo atenta contra los derechos fundamentales del niño.
- Si el trabajo puede poner en riesgo su salud mental y física, por ejemplo, existen labores que entorpecen el normal crecimiento (trabajar en un socavón) o atrofian su cuerpo.