Trabajo infantil en Argentina
El trabajo infantil es una de las problemáticas más
complejas del mundo contemporáneo. Es el derivado obligado de la profundización
de los bolsones de pobreza y de una cada vez mayor desigualdad social. Según
datos oficiales relevados por un estudio de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), y el
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS), en la Argentina
trabajan más de 450 mil niños, niñas y adolescentes menores de 17 años. En el
mundo, la cifra crece hasta alcanzar los 218 millones de chicos, de acuerdo al
mismo organismo internacional.
La Argentina participa del Programa Internacional para la
Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT desde 1996. Sin embargo, a
partir de mayo de 1997 decidió tomar un rol más activo en la materia creando la
Comisión de Trabajo Infantil, que en agosto de 2000, fue formalizada por el
Decreto Nº 719 como la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo
Infantil (CONAETI).
La definición de trabajo infantil de esta comisión es una de
las más utilizadas por quienes llevan adelante acciones y planes para lucha
contra esta problemática. Se trata de: "toda actividad económica y/o
estrategia de supervivencia, remunerada o no, realizada por niñas y niños, por
debajo de la edad mínima de admisión al empleo o trabajo, o que no han
finalizado la escolaridad obligatoria o que no han cumplido los 18 años si se trata
de trabajo peligroso"
Las distintas modalidades de Trabajo infantil
Algunas encuestas realizadas revelan que la gran mayoría de
los niños que trabajan se dedica a la agricultura, la pesca y la caza; las
manufacturas, el comercio mayorista y minorista o bien trabaja en restaurantes
u hoteles. A estas actividades le siguen en importancia los servicios
comunitarios, sociales y personales, incluído el trabajo doméstico, el
transporte, el almacenamiento y las comunicaciones. Un pequeño porcentaje de
niños trabaja en la construcción y la explotación de minas y canteras.
La economía informal es un sector de actividad económica que
está surgiendo en los países en desarrollo y en transición y también en algunos
países desarrollados. Esta, registra con creces el número más elevado de niños
trabajadores, afecta a todos los sectores económicos y puede estar
estrechamente vinculada a la producción del sector estructurado.
En el trabajo informal se destacan las condiciones poco
seguras, mano de obra barata (a veces gratuita) que incluye a los niños, y
productividad y beneficios respecto de las inversiones relativamente bajos. La
preponderancia del trabajo infantil en la economía informal, que queda fuera
del alcance de la mayoría de las instituciones oficiales, en países con todo
tipo de niveles de ingresos, es uno de los principales problemas que entorpece
su abolición efectiva.
Es posible que las personas que trabajen en el ámbito
informal no posean tierras o derecho de propiedad, no estén inscritas como
ciudadanos y no tengan acceso a la protección social oficial, a los recursos
jurídicos o, entre otros, a los servicios financieros. Los hogares donde el cabeza
de familia es una mujer o un niño son menos estables. Aunque en el sector
informal existen redes de seguridad, a menudo distan mucho de ser adecuadas y
son menos fiables en las zonas urbanas que en las rurales. En esas condiciones,
el riesgo de que se obligue a los niños a realizar tareas generadoras de
ingresos es evidente.
El trabajo infantil en la Agricultura
El sector agrícola abarca a la mayor parte de los pobres del
mundo. A muchos se les niega el derecho a la libertad sindical y de asociación,
y el de negociación colectiva. El trabajo que realizan los niños es sumamente
diverso: abarca desde breves períodos de trabajo ligero después de la escuela a
largas horas en actividades orientadas a la subsistencia.
El trabajo infantil en la pesca
La pesca es una ocupación particularmente peligrosa,
inclusive para los adultos. Los problemas endémicos de salud y seguridad que
esta actividad genera afecta a todas las edades. La contribución de los niños
es mayor en la pesca a pequeña escala.
El trabajo infantil en la economía informal urbana
Aunque la economía informal suele describirse como
invisible, los niños y niñas que trabajan en las calles de las ciudades del
mundo son probablemente la cara más visible del trabajo infantil. Realizan
diversas actividades, entre ellas, ventas de alimentos y de pequeños artículos
de consumo, limpieza de calzado, lavado de parabrisas, reparación de
neumáticos, recolección de basura, cartones y trapos, mendicidad, transporte de
objetos, etc. Deben hacer frente a los peligros que entraña el propio trabajo
y, aun mas importante, el entorno donde lo realizan, por ejemplo, el tráfico,
el humo de los escapes, la inseguridad, el acoso y la violencia.
El trabajo infantil en el sector manufacturero
El sector de las manufacturas para la exportación dista
mucho de ser el que emplea el mayor número de niños, pero es el que tiene el
perfil más elevado en relación con el trabajo infantil, por ejemplo, en el
tejido de alfombras, la costura de balones de futbol y la producción de prendas
de vestir. No obstante, los niños suelen participar al final de la cadena de
suministro, producen en gran medida para el mercado interno y realizan trabajo
informal a domicilio, montaje de partes o acabado de productos, para una amplia
gama de industrias que abarcan desde los textiles, las prendas de vestir y el
calzado a la elaboración de fuegos de artificio y cerillas en muchas partes del
mundo.
El trabajo infantil en el turismo
Los niños realizan diversos trabajos en la industria de la
hotelería, la restauración y el turismo: botones, camareras de piso,
lavaplatos, limpiadores de playas, vendedores callejeros, cadis en los campos
de golf. Entre el 10 y el 15 por ciento de los trabajadores empleados en este
sector en todo el mundo son menores de 18 años.
El trabajo infantil en el servicio doméstico
Muchos niños y niñas se dedican al servicio doméstico, pero
son los niños trabajadores menos visibles y, por tanto, resulta difícil
realizar estudios sobre su situación y analizarlos. Existe un claro vínculo
entre los niños que realizan ese trabajo y el tráfico de niños, tanto dentro de
los países como entre distintos países.
El trabajo infantil en la construcción, las minas y las
canteras
Esos sectores encierran los peligros más obvios para los niños,
aunque registren el menor número de niños trabajadores. Los hijos de los
trabajadores, en particular cuando viven en la propia obra, corren el riesgo de
realizar diversos tipos de trabajo infantil. Tal vez no residan en un lugar
durante el tiempo suficiente para asistir a la escuela de forma periódica, tal
vez realicen trabajos ocasionales con los padres en lugar de jugar o estar
inactivos y, debido a su ubicación, tal vez queden expuestos a los peligros que
entraña la construcción.
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